Una de las maneras más efectivas y divertidas de hacerle frente al calor es con un buen chapuzón. Disfrutar del agua de la piscina en compañía de tus amigos o familia es sin duda una excelente opción para quienes no tienen la dicha de vivir cerca del mar.

Pero debemos entender que no se cuidan ni se mantienen solas, existen diversos procesos que debemos realizar en la limpieza de piscinas para mantener el agua los más pura posible y así gozar de un buen estado de salud.

1. Antes de poner a punto tu piscina, comprueba que si hay que realizar alguna reparación, pues durante el invierno puede que haya sufrido algún desgaste y haya azulejos rotos, fisuras. Si es así, lo mejor para arreglarlo es usar epóxido, que se adhiere muy bien en el agua.
    
2. Limpiar la piscina es el segundo paso. Para ello, debes emplear cepillos y ácidos, pero nunca jabón, pues puede reaccionar con el cloro. Además, en este momento es aconsejable añadir anti-algas.
    
3. Revisa la depuradora. Antes de llenar la piscina, es importante comprobar que la bomba y los filtros están en perfecto estado pues serán los encargados de limpiar diariamente la piscina. Una vez revisado, es recomendable llevar a cabo un proceso de filtración durante 24 horas.
    
4. Es importante controlar la higiene de la piscina y comprobar que el agua tiene la calidad adecuada para el baño.
    
5. Cada día, antes de comenzar a usar la piscina, es importante retirar los restos de hojas o demás residuos que pueda haber tanto en la superficie de la piscina como en el cesto de la bomba.
    
6. Además, diariamente hay que añadir el cloro, de manera que el ph del agua esté entre el 7,2 y el 7,6%. Si ha llovido, puedes duplicar la dosis.