¿Cuándo debemos renovar los neumáticos?

Una pregunta importante que pocos se plantean y que tiene más relevancia de la que imaginas por dos sencillas razones: son el único punto de contacto entre el vehículo y el terreno e influyen en otros aspectos de la conducción como distancia de frenado, adherencia a la superficie, rendimiento de combustible, etcétera.

En primera instancia, debemos entender que es imposible evitar el desgaste de los neumáticos; los cuidados o mantenimientos que les brindemos servirán solo para alargar la vida útil de cada uno de ellos, pero algún momento caducarán. ¿Cómo saber si ya es hora de renovarlos?

Existen ciertos parámetros que podemos definir como ‘leyes generales’ imprescindibles para saberlo, aunque no olvidemos que esto es como hablar sobre el gasto en el tanque de gasolina, dependerá del uso, forma de conducción y superficies sobre las que solemos manejar.

AGENTES PRINCIPALES DE DESGASTE

Hay dos factores principales a tener en cuenta sobre el desgaste de los neumáticos: el kilometraje (desgaste) y el tiempo (envejecimiento). Como la suela de nuestro calzado, la banda de rodadura de las llantas se degradará en cada recorrido y, el dibujo o cocada reducirá su profundidad.

Si usas tu vehículo diariamente, se estima que el tiempo de vida es de 50 mil kilómetros. En caso de usar la unidad con irregularidad, revisa cada 10 mil kilómetros la altura de la banda de rodadura. Esta debe ser, como mínimo, de 1,6 mm; si es menor, llegó la hora de renovarlas.

El tiempo es otro agente a tener en cuenta. Hay neumáticos cuya banda de rodadura está dentro de lo permitido y en aparentes buenas condiciones -por un menor uso y kilometraje del vehículo-; sin embargo, por factores climáticos o de mantenimiento, los lados se agrietan o el cuerpo de la llanta, en general, se deforma.

La primera circunstancia debilita y expone a los neumáticos con mayor riesgo a un pinchazo repentino; la segunda no solo las convierte en inservibles, sino que, de rodarlas, afectaría otros sistemas del vehículo como la suspensión, por ejemplo. De ahí que los fabricantes recomienden reemplazarlas cada cinco años independientemente de la profundidad de la banda de rodadura. 

Consejos para cuidar y alargar la vida de los neumáticos:

Siendo el único contacto entre el vehículo y el terreno, es vital su mantenimiento diario no solo para evitar pinchazos y/o reventones que, a gran velocidad, podrían tener graves consecuencias, sino también, para el cuidado de nuestra economía.

Un mal cuidado de los neumáticos implica un mayor consumo de combustible y, de tener que reponer alguna de ellos, un posible desequilibrio de tu presupuesto. Por ello, aquí te traemos unos consejos que te ayudarán a tenerlos en buen estado y, sobre todo, a conservarlas por más tiempo.

EVITA LAS ALTAS VELOCIDADES

Claro, cuando no sea necesario. Al conducir a velocidades altas, la temperatura de funcionamiento de la llanta aumenta significativamente, lo que podría ocasionar un desgaste prematuro si se hace continuamente. Asimismo, los neumáticos soportan hasta un límite determinado de velocidad. Cuando compres una -o más-, no olvides preguntar ese dato.

CUIDADO CON LAS FRENADAS BRUSCAS

Si eres de los que en condiciones normales espera hasta el último segundo para frenar, debes saber que no solo estás reduciendo la vida de tus neumáticos, también estás desgastando los frenos y sus distintos componentes. Frena progresivamente para ejercer la menor presión en la última instancia; la banda de rodadura de tus llantas te lo agradecerán.

CUIDADO CON LOS MALOS FRENEROS

O bueno, también puede ser una distracción o error del especialista. Como sea, una mala calibración o ajuste de los frenos puede aumentar en cuestión de minutos la temperatura de los neumáticos. Esto debido a que la fuerza de frenado se concentra -más de la cuenta- en alguno de ellos. Cada vez que salgas del taller, controla (a tacto) la calentura cada 10 o 15 minutos en un rango de media hora o hasta llegar a casa.

PRESIÓN Y PESO JUSTO

Una bajo nivel de aire o sobrepasar la capacidad de carga de un vehículo, quieran o no, lo tendrán que aguantar las llantas. El problema es que sufrirán una reducción de su rendimiento y una posible deformación de los bordes y la banda de rodadura. Si a esto le agregamos una sobrecarga de trabajo a la suspensión, mayor consumo de combustible, riesgo de sobrecalentamiento del motor, entre otras desventajas, es mejor limitarnos a lo que también nos limitan los manuales.

CÁMBIALOS DE POSICIÓN

No olvides este punto. Por la tracción del vehículo (trasera, delantera o integral) y fuerza de frenado (la fuerza de frenado se concentra en la parte delantera), es necesario rotar las llantas para un desgaste uniforme de la banda de rodadura. Cada 4 meses, cambia las traseras por las delanteras y viceversa.

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Por Isabel García Ruiz de Chávez        

Fuente: Juan Ingol Valdivieso