Muchos alimentos que se consumen habitualmente, y que además se consideran sanos, son muy ácidos. Un ejemplo claro son los cítricos, pues tienen altos contenidos en vitamina C, por lo que son alimentos fundamentales tanto para la salud general como, a nivel oral, para la prevención de las enfermedades de las encías. Y por eso, presentan un problema, ya que el pH ácido puede provocar la erosión del esmalte dental.

El pH crítico en el que se disuelve el esmalte está en 5 o 5,5, pero la mayoría de los zumos de frutas tienen un pH por debajo de este puntaje.

El pH del zumo de naranja natural se encuentra entre 2,92 y 5,27. En muchas dietas se recomienda tomar todos los días en ayunas un vaso de agua templada con limón. Esto puede mejorar el metabolismo, pero el cepillado de los dientes debido a la ingesta de ácidos ocultos en la dieta puede provocar un mayor desgaste de éste y de la dentina, lo que incrementa la sensibilidad de los dientes, comenta Serrano.

Otros tipos de ácido que pasan desapercibidos, son los refrescos y bebidas energéticas.

Independientemente de los azúcares refinados que contiene, prácticamente todas estas bebidas poseen un pH muy ácido (entre 1,5-3), lo que provoca erosión de esmalte y dentina y la aparición de hipersensibilidad.

Finalmente, el vino tinto en grandes cantidades, también puede provocar, problemas dentales, asociados a los taninos, sequedad bucal, así como hipersensibilidad, asociada a su pH ácido (pH que oscila entre 3-4, menos ácido, sin embargo, que el pH del vino blanco, que es aproximadamente de 2,4).