Hay cine para todos, para aquellos a los que les gusta el drama, el amor, el terror o el arte, casi siempre en películas diferentes; pero también, hay películas que, sin importar tu preferencia, cualquiera puede difrutar. Y sí, Socias en Guerra es una de ellas.

Like a Boss, por su título en inglés, nos presenta a Mia & Mel, interpretadas por Tiffany Haddish y Rose Byrne, quienes son mejores amigas de la universidad y han trabajado incanzablemente para tener su propia empresa de cosméticos y, aunque no les va mal, tampoco es algo inceíble, por lo que cuando llega una oportunidad de crecimiento de la mano de Claire Luna, a quien le da vida Salma Hayek, ambas se enfrentan a perspectivas diferentes que generan conflictos en la amistad.

Si estás peleado con el feminismo, puede que no te agrade demasiado y no porque se hable de él sino porque está implicito en toda la película, vemos muy poca participación del género masculino en el filme y no, no es queja, al contrario, se presenta de una manera tan natural que ni siquiera lo notas, no es la típica trama en la que una mujer se siente menos que el hombre y decide mejorar y demostrar que hay equidad, al contrario, vemos una lucha entre mujeres que llena la pantalla de actuaciones gratas al espectador.

La química entre ellos se nota, entre Haddish y Byrne hay una hermandad real que fortalece el argumento cinematográfico en el que se basa el guión, que, por cierto, es bueno, sin ser rebuscado, pesado u hostigoso presenta la idea del poder de la mujer de manera concreta además de incluir líneas emotivas y dramáticas a la par que crean un ambiente de empatía con los personajes.

Durante el filme incorporamos también a personajes de la comunidad LGBTTQ+ gracias a Billy Porter que agrega ese tono de picor a la comedia además de ser el ancla de la empresa en la cinta. Parte importante de todo esto es la amistad, cosa que se agradece, últimamente cuando se habla de poder femenino se refieren a dejar a un hombre para ser tu misma, ¿pero qué con las luchas internas que tenemos las mujeres para superarnos a nosotras mismas? 

Todos los personajes tienen un conflicto propio que se mezcla con la trama principal, es una red de problemas que al unirse en lugar de ser uno, se convierten en una solución. Si bien hay algunas acciones innecesarias en las escenas, no están mal realizadas, al contario, agregan al espectador contexto sobre la vida personal de cada personaje y nos hace sentir partícipes de todo, pues en algún momento hemos estado ahí. Bueno, no tan literal porque no tenemos una empresa de maquillaje pero si hemos dudado si lo que estamos haciendo es correcto, hemos tenido miedo por hacer las cosas que queremos, hemos llorado por no tener las respuestas a nuestros problemas y sí, hemos tirado la toalla cuando no podemos más.

La veracruzana Salma Hayek es un agasajo en pantalla, tiene destellos de sus raíces mexicanas en el personaje y eso es un must invaluable en la película pues no solo están representando a la mujer sino también a las minorías, a aquellos que no tienen voz y que buscan que alguien hable por ellos. Sin duda es una película para ver, reir, llorar y bailar. 

No duden en ir a su cine más cercano este fin de semana largo y divertirse con esta comedia que deja de lado el empoderamiento como concepto para darnos el poder como hecho.