La emoción se sentía en el aire desde horas antes del inicio del concierto. El recinto estaba abarrotado, con miles de asistentes coreando y trabajando las canciones favoritas de los artistas mientras esperaban impacientes. Las luces del escenario se apagaron, señal inequívoca de que estaba por comenzar uno de los eventos más esperados en Puebla.

Un video anunciando la gira de los artistas dio inicio al espectáculo, y al ritmo de “La Frontera” de Julión Álvarez, se desató una noche épica que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.

Durante “Regalo de Dios”, los artistas sorprendieron al público al subir a un fanático al escenario, regalándole una experiencia inolvidable que hizo vibrar a todos los asistentes. Las emociones se desbordaron en más de una ocasión, con muchas personas llorando de alegría y conmoción.

Uno de los momentos más memorables ocurrió con “Rey sin Reina”, cuando el estadio se iluminó completamente con los flashes de los celulares, creando una atmósfera mágica que unió a miles de voces en un solo canto.

El concierto, que comenzó cerca de las 10:30 p.m., se extendió hasta pasadas las 3 a.m., ofreciendo más de cuatro horas de música y espectáculo. Iniciaron con un set tradicional, ambos cantando a dúo sus éxitos más icónicos. A mitad del show, la famosa camioneta de prófugos del anexo irrumpió en el escenario, marcando un punto de inflexión en el concierto y llevando la fiesta a otro nivel.

Canción tras canción, los artistas entregaron lo mejor de sí, y el público no dejó de responder con aplausos, gritos y lágrimas. Fue una noche llena de emociones, recuerdos y una conexión especial entre los cantantes y sus fanáticos.

Al final, los asistentes salieron del recinto con el corazón lleno y un gran sabor de boca, llevando consigo la certeza de haber presenciado un concierto inolvidable que reafirma por qué los artistas siguen siendo referentes de su género.