Con un despliegue de luces, emoción y tradición, el legendario Circo Atayde Hermanos hizo su esperado debut en tierras poblanas la noche del viernes, instalándose frente a Plaza Angelópolis y conquistando al público con un espectáculo inolvidable.

Desde las 8:30 p.m., las luces exteriores del recinto comenzaron a atraer a decenas de asistentes, generando un ambiente de expectativa y entusiasmo. Al ingresar, los visitantes fueron recibidos por un lobby ambientado al estilo vaquero, perfecto para las fotografías del recuerdo. El inconfundible aroma a palomitas, algodón de azúcar y nachos envolvía el lugar, anticipando una velada llena de magia y alegría.

El show comenzó con una explosión de color y ritmo. Payasos carismáticos provocaron carcajadas entre chicos y grandes, mientras las coreografías llenas de energía hicieron que los más pequeños no pudieran quedarse en sus asientos. El público fue testigo de actos de alto nivel técnico, como el famoso Hombre Bala y las impresionantes motos girando dentro de la esfera, que dejaron a más de uno sin aliento.

Cada número fue una muestra del talento, la preparación y la entrega de los artistas, quienes lograron conectar con la audiencia y mantenerla al filo de sus emociones. La noche concluyó con una ovación de pie, reconociendo el esfuerzo, la pasión y la historia detrás de uno de los circos más emblemáticos de México.

Con esta presentación, el Circo Atayde Hermanos reafirma su compromiso de seguir uniendo a las familias a través del arte circense, preservando una tradición que sigue vigente y vibrante, generación tras generación.