La Plaza de la Victoria fue testigo de una de las noches más memorables de esta edición de la Feria de Puebla, gracias a la esperada presentación de REIK, la icónica banda originaria de Mexicali, que este martes 6 de mayo reunió a miles de fans para corear, llorar, bailar y recordar con cada una de sus canciones.

El trío conformado por Jesús Navarro (voz), Julio Ramírez (guitarra) y Bibi Marín (guitarra) salió al escenario del Teatro del Pueblo poco después de las 9:30 PM, abriendo con “Baja California”, una declaración de amor a sus raíces que encendió de inmediato a un público ya impaciente. La atmósfera se transformó en una montaña rusa emocional que nos llevó del desamor a la esperanza, del recuerdo adolescente al baile liberador.

“Me duele amarte”, “Fui” y “Voy a olvidarte” desataron las lágrimas de muchos, mientras que “Sabes”, “Un año” y “Creo en ti” reafirmaron el lugar de REIK en las historias de amor de toda una generación. Luego llegó el bloque más rítmico con “Indeciso”, “Ráptame” y “Amigos con derecho”, con un Teatro del Pueblo convertido en pista de baile al aire libre.

En un ambiente cargado de conexión auténtica con el público, los integrantes expresaron su cariño por Puebla. Jesús dijo emocionado que esta ciudad siempre ha sido uno de los mejores públicos que han tenido. Bibi, sorprendido por el volumen del coro colectivo, aseguró que incluso con los in ears puestos podía escuchar la energía de los fans. Y Julio, conmovido, habló del poder que tienen esas canciones que nos han acompañado en tantas etapas de la vida.

Uno de los momentos más impactantes de la noche fue “Ya me enteré”. El público no la cantó, la gritó con tanta intensidad que los tres integrantes se detuvieron, simplemente para contemplar cómo su música ha calado hondo en el corazón de los poblanos. Fue un instante de comunión pura, de esos que no necesitan palabras.

La nostalgia dosmilera no se hizo esperar con joyas como “Tu mirada”, “Qué vida la mía” y “Yo quisiera”, con la que cerraron una presentación que, aunque breve —poco menos de una hora y media—, fue intensa, vibrante y emotiva.

Anoche, Reik no solo ofreció un concierto; ofreció un viaje por el tiempo y las emociones. Y Puebla, como siempre, respondió con el alma.